Mons. Fausto Mejia pide a presbiteros vivir alegria y plenitud su sacerdocio ministerial
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- Creado en Viernes, 08 Mayo 2015 19:37
SAN FRANCISCO DE MACORIS. El obispo de esta diócesis, Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo resaltó la hermosa labor de nuestros sacerdotes, a quienes les exhortó a vivir cada vez, con mayor regocijo e intensidad su servicio, su entrega, su decisión y su fidelidad sacerdotal.
Al celebrarse este jueves Santo la institución del sacerdote ministerial, el más Alto prelado católico aquí, agradeció a los sacerdotes que conforman la Diócesis de San Francisco, su entrega y la labor que realizan día a día a favor del Reino de Dios.
Monseñor Mejía Vallejo, felicitó de manera particular al nuestro obispo Emérito, Mons. Jesús María de Jesús Moya, quien cumplió sus 53 años de vida sacerdotal, extendiendo estas felicitaciones a los presbíteros Dionisio Suarez y Félix Rosario, quienes cumplieron 37 años entregados como sacerdotes.
El obispo Fausto Ramón Mejía señaló que el mundo de hoy necesita cada vez mas de la integración de santos sacerdotes que vivan con alegría su ministerio, la misión nuestra es anunciar el evangelio, pues como dice el Señor, “sin mi nada podrán hacer”·
“Nos preparamos para devolver a nuestras gentes lo que hemos aprendido y recibido del Señor, tenemos que renovar cada día nuestra mente y nuestro corazón, ámense y manténgase unidos, dice el Señor.” Sostuvo.
Explicó Mejía Vallejo que la misión de cada sacerdote, de cada cristiano es dar a conocer a Jesús en todos los ambientes, “Hay de mi sino evangelizo”. Tenemos que ser pastores auténticos, mantener una vida espiritual firme, manteniendo nuestro contacto permanente y profundo con Dios, tenemos que ser el pastor que da la vida por sus ovejas.
Con estas exhortaciones inició el obispo de esta diócesis la Misa Crismal, este jueves Santo, donde recordó que además del sacerdocio, también hoy se instituyó la Santa Eucaristía. En esta Misa también fueron bendecidos los aceites: Santo Crisma, Oleo de los enfermos y Oleo de los catecúmenos.
Además de la presencia de los sacerdotes que conforman las cuarenta y ocho parroquias de nuestra diócesis, asistieron diáconos, hermanas y hermanos de la vida consagrada y millares de feligreses, quienes abarrotaron toda la catedral Santa Ana.
